sábado, 20 de noviembre de 2010

¿De dónde vienen los volcanes?

Es indispensable definir algunos conceptos básicos para iniciar un tratamiento de los efectos de erupciones. A continuación se presentan una serie de breves definiciones de los términos vulcanológicos más frecuentemente utilizados. En relación a las estructuras, podemos empezar por la palabra Volcán.
En muchos lenguajes, la palabra volcán significa literalmente "montaña que humea". En castellano "Volcán" proviene del latín Vulcano, referido al Dios del Fuego de la mitología romana, que a su vez deriva del Dios Hefesto de la mitología griega. De una manera algo más formal puede utilizarse la definición de MacDonald (1972) y decirse que un volcán es aquel lugar donde la roca fundida o fragmentada por el calor y gases calientes emergen a través de una abertura desde las partes internas de la tierra a la superficie. La palabra volcán también se aplica a la estructura en forma de loma o montaña que se forma alrededor de la abertura mencionada por la acumulación de los materiales emitidos. Generalmente los volcanes tienen en su cumbre, o en sus costados, grandes cavidades de forma aproximadamente circular denomidas cráteres, generadas por erupciones anteriores, en cuyas bases puede, en ocasiones, apreciarse la abertura de la chimenea volcánica.
Los materiales rocosos que emite un volcán pueden ser fragmentos de las rocas "viejas" que conforman la corteza o la estructura del volcán, o bien "rocas nuevas" o recién formadas en la profundidad. Las rocas "nuevas" pueden ser arrojadas por el volcán en estado sólido o fundidas. Magma es la roca fundida que se encuentra en la parte interna del Volcán, que cuando alcanza la superficie, pierde parte de los gases que lleva en solución. Lava es el Magma o material rocoso "nuevo", líquido o sólido, que ha sido arrojado a la superficie.
Comúnmente, las lavas recién emitidas se encuentran en el rango de temperaturas entre 700 °C y 1200 °C, dependiendo de su composición química. Todas las rocas que se han formado a partir del enfriamiento de un magma se llaman rocas ígneas. Cuando el enfriamiento tuvo lugar en el interior de la tierra, y las rocas fundidas no llegaron a emerger a la superficie, se llaman rocas ígneas intrusivas. Cuando la roca se ha formado ha partir del enfriamiento de lava en la superficie, se denomina roca ígnea extrusiva. A todas las rocas que han sido producidas por algún tipo de actividad volcánica, sean intrusivas o extrusivas, se les llamam rocas volcánicas. Pero no todas las rocas ígneas son volcánicas.
Existen grandes masas de rocas ígneas intrusivas, denominada plutónicas , que se han enfriado a gran profundidad , sin estar asociadas a ningún tipo de actividad volcánica. Algunas de las rocas plutónicas más comunes son, por ejemplo , ciertos tipos de granito.
La emisión de material rocoso y gases a alta temperatura es lo que se denomina una erupción volcánica. Cuando ésta es el resultado directo de la acción del magma o de gas magmático, se tiene una erupción magmática. Las erupciones pueden resultar también como efecto del resultado también como efecto del calentamiento de cuerpos de agua por magma o gases magmáticos. Cuando el cuerpo de agua es un acuífero subterráneo, la erupción generada por el sobrecalentamiento de este por efectos magmáticos, se denomina erupción freática. Este tipo de erupciones generalmente extruye fragmentos de roca sólida " vieja" , producidos por las explosiones de vapor. En algunos casos, este tipo de erupciones pueden emitir también productos magmáticos mezclados con los de la erupción de vapor. Si este es el caso, la erupción se denomina freatomagmática.
Es común que, después de una gran erupción magmática o freatomagmática, una formación de lava muy viscosa empiece a crecer en el fondo del cráter por la chimenea volcánica, formando una estructura en una forma de cúpula a la que se llama domo, que puede crecer hasta cubrir por completo al cráter.
Los materiales rocosos fragmentados emitidos por una erupción, lanzados en forma sólida o líquida, se denominan piroclastos. Qué tan fina sea la fragmentación de los piroclastos dependen de la intensidad de la erupción explosiva . Estos, al depositarse en el suelo, pueden cementarse por varios procesos, tales como solidificación, por enfriamiento si venían fundidos, o por efecto del agua, etc. Los piroclastos cementados forman las rocas piroclásticas.
Una forma genérica de referirse a los productos piroclásticos, cualesquiera que sea su forma , es tefra. A los fragmentos de tefra de menor tamaño (menores de 2mm) se les llama ceniza, y a los mayores lapilli. El magma , antes de emerger en una eruppción , se acumula bajo el volcán a profundidades de unos cuantos kilómetros en una cámara magmática.
Las erupciones explosivas pueden producir densas columnas de tefra que ocasionalmente penetran la estratosfera y alcanzan alturas superiores a los 20 km; éstas son las columnas eruptivas.
Durante una erupción explosiva, el magma al alcanzar la superficie, produce grandes cantidades de gas, que traía en solución y libera enormes cantidades de energía por diversos procesos. Esta diversidad de mecanismos presentes en la erupción, hace difícil medir su tamaño. Así, en contraste con la sismología, en la que se mide el tamaño de un temblor en función de la energía elástica que libera en forma de ondas sísmicas; en vulcanología la medida del tamaño de una erupción es un problema que no está del todo resuelto .
Walker (1980) sugirió que se necesitan cinco parámetros para caracterizar adecuadamente la naturaleza y tamaño de una erupción explosiva: Magnitud de masa , es la masa total del material eruptado. Intensidad , es la razón a la que el magma es expulsado (masa/tiempo). Poder dispersivo , es el área sobre el cual se distribuyen los productos volcánicos y está relacionada con la altura de la columna eruptiva. Violencia , es una medida de la energía cinética liberada durante las explosiones, relacionada con el alcanze de los fragmentos lanzados, Potencial destructivo, es una medida de la extensión de la destrucción de edificaciones, tierras cultivables y vegetación, producida por una erupción.
En 1955 Tsuya definió una escala de magnitudes basadas en el volumen de los distintos tipos de materiales eruptados. La escala de Tsuya se incluye en la tabla 2. En 1957 Yokoyama y en 1963 Hédervari, propusieron extender las escalas de volumen a una escala de Magnitud de energía , basada en la relación de proporcionalidad directa entre la masa del material emitido, su volumen y la energía liberada. Recientemente, De la Cruz-Reyna(1990) definió una escala de magnitudes basada en la relación entre el tamaño de las erupciones y su razón global de ocurrencia. Una medida del tamaño de las erupciones que combina algunos de los parámetros anteriores (dependiente de la disponibilidad de información ), es el índice de explosividad volcánica, VEI (Newhall y Self, 1982), definido en la tabla 2.

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Qué es un tsunami y cómo se forma?

Un tsunami (se pronuncia tsuu-NA-mii) es una serie de olas, que se generan en un océano u otros cuerpos de agua, a causa de terremoto deslizamientos de tierra, erupción volcánica o impacto de meteroritos. Los tsunamis generan grandes daños cuando chocan contra las costas. Algunas personas llaman a los tsunamis, "olas de mareas", pero estas olas mostruosamente gigantes realmente tienen muy poco que ver con las mareas, de manera que el término de "olas de marea" en realidad es incorrecto.
Las olas de un Tsunami son diferentes a las que llegan hasta las orillas de los mares o lagos. Este tipo de olas son generadas por los vientos que hay mar adentro, y son olas bastante pequeñas en comparación con las olas de un tsunami. Las olas de un tsunami en el océano abierto pueden tener más de 100 kilómetros de largo. ¡Eso es lo que medirían 1 000 canchas de fútbol americano!. Las olas son inmensas, y viajan muy de prisa, a una velocidad aproximada de 700 km/hr., pero tienen sólo un metro de altura cuando están mar adentro.
A medida que un tsunami viaja en dirección a las aguas menos profundas de la costa, desacelera y aumenta en altura. Aún cuando es muy difícil ver a un tsunami en el mar, cuando llega a la costa puede crecer hasta alcanzar muchos metros de altura y, a medida que se acerca de la costa, desarrollar mucha energía. Cuando finalmente llega a la costa, podría parecer que el tsuniami es una marea que crece o decrece rápidamente, o una serie de olas con una latura máxima de hasta 30 metros.
Pocos minutos antes de que un tsunami choque contra la costa, el agua que se encuentra cerca de la costa se retirará y podrá verse el fondo marino. Por lo general, la primera ola no es la más grande, y cada 10 a 60 minutos llegarán más olas. Estas olas se mueven mucho más rapidamente de lo que puede correr una persona. El peligro de un tsunami puede durar muchas horas después de la primera ola. Diferente a otro tipo de olas, las olas de un tsunami no se giran ni rompen.
Las costas afectadas por un tsunami se erosionarán severamente. Un tsunami puede causar inundaciones hasta cientos de metros tierra adentro. El agua se mueve con tal fuerza que es capaz de destrozar casas y otro tipo de edificaciones.







Este tipo de perturbación marina es capaz de viajar a una velocidad de hasta 900 kilómetros por hora, siendo la fuerza del fenómeno perceptible en toda su intensidad en el momento de llegar a la costa.

El terremoto que originó el tsunami que arrasó el sudeste asiático tuvo su epicentro frente a la costa noroeste de la isla indonesia de Sumatra (3,298°de latitud Norte, 95,779°de longitud Este).

Su intensidad de 8,9 grados en la escala Richter lo convierte en el más poderoso de los últimos 40 años, siendo el quinto en magnitud de todos los ocurridos desde el comienzo del siglo pasado. Los científicos estiman que ha provocado la ruptura de unos 1.000 kilómetros en el lecho del Océano Índico.


lunes, 15 de noviembre de 2010

Wegener

(Berlín, 1880 - Groenlandia, 1930) Geofísico y meteorólogo alemán. Aunque doctorado en astronomía, se interesó muy pronto por la geofísica y por las entonces incipientes ciencias de la meteorología y la climatología. Pionero en el uso de globos aerostáticos para el estudio de las corrientes de aire, a lo largo de su vida realizó hasta tres expediciones de observación meteorológica a Groenlandia, en la última de las cuales encontró la muerte.
Su nombre quedará asociado para siempre a la teoría de la deriva continental, que le ocasionó no pocos disgustos en vida. En 1911 se interesó por el descubrimiento de restos fósiles de vegetales de idénticas características morfológicas hallados en lugares opuestos del Atlántico. La paleontología ortodoxa explicaba tales fenómenos recurriendo a hipotéticos puentes de tierra firme que en su día unieron las diferentes masas continentales.
Las similitudes entre los perfiles opuestos de los continentes de América del Sur y África le sugirieron la posibilidad de que la igualdad de la evidencia fósil se debiera a que ambos hubieran estado unidos en algún momento del pasado geológico terrestre. En 1915 expuso los principios de su teoría en la obra El origen de los continentes y los océanos, que amplió y reeditó en 1920, 1922 y 1929.
Según Wegener, hace unos 300 millones de años los actuales continentes habrían estado unidos en una sola gran masa de tierra firme que denominó Pangea, la cual, tras resquebrajarse por razones desconocidas, habría originado otros nuevos contingentes terrestres sujetos a un movimiento de deformación y deriva que todavía perdura.

Pangea

Pangea (Pangaea) es el supercontinente formado por la unión de todos los continentes actuales que se cree que existió durante las eras Paleozoica y Mesozoica, antes de que los continentes que lo componían fuesen separados por el movimiento de las placas tectónicas y conformaran su configuración actual. Este nombre aparentemente fue usado por primera vez por el alemán Alfred Wegener, principal autor de la teoría de la deriva continental, en 1912. Procede del prefijo griego "pan" que significa "todo" y de la palabra en griego "gea" "suelo" o "tierra" (Γαῖα Gaĩa, Γαῖη Gaĩê o Γῆ Gễ). De este modo, quedaría una palabra cuyo significado es "toda la tierra".
Se cree que la forma original de Pangea era una masa de tierra con forma de "C" distribuida a través del Ecuador. Ya que el tamaño masivo de Pangea era muy amplio, las regiones internas de tierra debieron ser muy secas debido a la falta de precipitación. El gran supercontinente habría permitido que los animales terrestres emigraran libremente desde el Polo Sur al Polo Norte. Al extenso océano que una vez rodeó al supercontinente de Pangea se le ha denominado Pantalasa (Panthalassa).
Se estima que Pangea se formó a finales del período Pérmico (hace aproximadamente 300 millones de años) cuando los continentes, que antes estaban separados, se unieron formando un sólo supercontinente rodeado por un único mar.
Mapa físico de Pangea basado en el de Christopher R. Scotese.
Pangea habría comenzado a fragmentarse entre finales del Triásico y comienzos del Jurásico (hace aproximadamente 200 millones de años), producto de los cambios y movimientos de las placas tectónicas. El proceso de fragmentación de este supercontinente condujo primero a dos continentes, Gondwana al sur y Laurasia al norte, separados por un mar circumecuatorial (mar de Tetis) y posteriormente a los continentes que conocemos hoy. Dicho proceso geológico de desplazamiento de las masas continentales (deriva continental) se mantiene en marcha al día de hoy.

¿Qué es un terremoto y cómo se forma?

Un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra (con mayúsculas, ya que nos referimos al planeta), causado por la brusca liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. La corteza de la Tierra está conformada por una docena de placas de aproximadamente 70 km de grosor, cada una con diferentes características físicas y químicas. Estas placas ("tectónicas") se están acomodando en un proceso que lleva millones de años y han ido dando la forma que hoy conocemos a la superficie de nuestro planeta, originando los continentes y los relieves geográficos en un proceso que está lejos de completarse. Habitualmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en algunos casos estas placas chocan entre sí como gigantescos témpanos de tierra sobre un océano de magma presente en las profundidades de la Tierra, impidiendo su desplazamiento. Entonces una placa comienza a desplazarse sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la topografía. Pero si el desplazamiento es dificultado comienza a acumularse una energía de tensión que en algún momento se liberará y una de las placas se moverá bruscamente contra la otra rompiéndola y liberándose entonces una cantidad variable de energía que origina el Terremoto. 


Hoy vuelvo para hablaros de uno de los fenómenos geologicos mas devastadores que existen: los terremotos.
Los terremotos son vibraciones del terreno provocadas por una liberacion brusca de energia procedente de los bordes de placas tectonicas. Las placas tectonicas chocan entre sí y producen liberacion de enrgia como consecuencia de los esfuerzos que estaban soportando.